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Otro factor que atañe al Arroyo Caraguatá en especial, es el de las mareas. Al ser un arroyo aún alejado del mapa turístico, no ha recibido atención y el dragado tan necesario no está en la agenda inmediata; los sedimentos y obstáculos acumulados a lo largo de los años son abundantes, lo que hace imposible la navegación durante la “bajamar”. Con las mareas altas ocurre que es difícil y peligroso el traslado, provocando entre otros inconvenientes, la suspensión del servicio de lanchas colectivas. La niebla es otra circunstancia que hace peligrosa la navegación, ordenándose la prohibición de todo traslado acuático.

El origen de la población estable del arroyo corresponde a distintos momentos históricos. Los pobladores originarios del delta, los Chaná, fueron diezmados y exterminados completamente debido a políticas nacionales de violación de los derechos a la vida más elementales. Conjuntamente con la desaparición de los Chaná y de algunas especies animales “peligrosas”, algunos criollos se fueron afincando. A mediados del siglo XIX se ordenó el Delta y se dispuso que fuera productivo, ofreciéndoles porciones del delta a muchos inmigrantes europeos, quienes comenzaron a cultivar y producir muy buena calidad y cantidad de especies frutales, las que durante años abastecerían la demanda porteña.

 

 

 

 

... y Geografia

Conocer y comprender el Delta es una tarea que requiere de una particular predisposición y tiempo. Muchos factores únicos hacen irrepetible esta geografía.

El Delta del Paraná debe su nombre a la letra griega delta (en el idioma griego esta letra tiene forma de triángulo) y al río Paraná, que deposita sus sedimentos en el encuentro con el Río de la Plata. Por una circunstancia especial, los sedimentos que trae el río se comienzan a acumular en su desembocadura desde un punto particular, elaborando a partir de ahí un obstáculo al que se suman pequeños restos de vegetación, camalotes y otros materiales; así comienza a elevarse este obstáculo, crecen sobre él juncos y otras especies, y aumentan su dimensión y composición hasta formar una isla. A partir de ahí, se repite este esquema, siempre expandiéndose en forma triangular.

Este delta tiene 320 km de largo y se divide políticamente entre Entre Ríos y Buenos Aires. La Escuelita se encuentra en el medio del curso del Arroyo Caraguatá, muy cerca del partido de Escobar, en la denominada Primera sección de Islas, a 15 km de la ciudad de Tigre y a una hora de lancha colectiva de su estación fluvial.

Al ser un medio acuático y no haber caminos internos, los traslados y la comunicación se realizan casi con exclusividad por el agua. El Arroyo Caraguatá recibe los fines de semana una gran cantidad de visitantes pero durante la semana se encuentra bastante despoblado, esto provoca que la frecuencia en el servicio de lanchas disminuya. Los pobladores residentes utilizan sus propias embarcaciones aunque los traslados en general, son muy costosos.

 

A mediados del siglo XX devino una marea inusual que acabó con la mayoría de estos frutales, provocando el paulatino éxodo de los pobladores que no pudieron o no quisieron 

adaptarse a las nuevas circunstancias. Luego comenzó la radicación espontánea de familias humildes provenientes de Uruguay, Entre Ríos y Buenos Aires. En su gran mayoría, se instalaron como caseros y personal de mantenimiento en las propiedades que iban quedando sin sus dueños. Más integrantes de estas familias y otras nuevas, fueron asentándose en propiedades abandonadas. De modo reciente, hubo un resurgimiento en la popularidad turística del delta, atrayendo por sus bajos costos relativos a pobladores actuales de clase media y alta, sobre todo provenientes de Buenos Aires, quienes en general construyen en sus lotes casas para recreación y alquiler.

Los primeros residentes se encontraron con un bello lugar para vivir pero con diversas dificultades operativas. El desarrollo de

cualquier actividad dependía en gran parte de la relación con el continente. La búsqueda de insumos básicos, la atención sanitaria, la educación escolar, debían realizarse por lo menos en Tigre. Aún hoy, en muchos aspectos perdura esta circunstancia. El acceso a la educación y a la cultura en general, siempre fue complicado. Al ser costoso el traslado, las posibilidades de exploración sociocultural son ínfimas.

Durante gran parte del siglo XX las frecuentes reuniones sociales en el arroyo se efectuaban en dos sitios: el Club Isleño y en esta Escuelita. Con el alejamiento de la mayoría de los antiguos pobladores, estas instituciones perdieron gradualmente su razón de ser, siendo cerradas definitivamente poco tiempo después.

Cuando llegamos en 2007, no había ningún sitio de encuentro en el arroyo ni, tampoco un centro de divulgación cultural.

Nos encontramos con una población estable y eventuales obreros con residencia provisoria, de alrededor de 400 personas, incluidos 80 niñ@s y adolescentes. Los niñ@s solo concurrían a la escuela sobre el Río Luján a una hora de lancha. Muy pocos adolescentes concurrían a la escuela. Ninguno frecuentaba ningún tipo de institución social o cultural.

 

Nuestra familia nació en el 2007 cuando descubrimos en el Arroyo Caraguatá, a una hora de lancha colectiva desde la estación fluvial de Tigre, un edificio de 1910, de estilo hindoinglés, tapado por el monte. 

La Escuelita funcionó como escuela pública hasta los años 70', luego fue abandonado y declarado oficialmente ruina en los años 70.

En el 2007 cuando lo vimos decidimos que podia volver a tener su funcion educativa y convertirse en un sitio comunitario. Y fué asi que constituimos este Centro cultural comunitario y Biblioteca popular.

Primero obtuvimos la matrícula de la Dirección Provincial de Personas Jurídicas, el reconocimiento como entidad de bien público municipal de Tigre y luego el reconocimiento como biblioteca popular nacional Conabip.

En otro aspecto y paralelamente comenzamos a restaurar el edificio y predio con aportes de Líneas Delta Argentino y de algunos vecinos y amigos. Al día de hoy ya reconstruimos el muelle, remplazamos casi todos los pisos, reparamos los techos, reconstruimos paredes dañadas, parquizamos e hicimos una huerta orgánica, formamos una bibloteca nacional.

Hoy, de las viejas alumnas, dos son la Presidenta, Delia Domínguez y la Vice presidenta Nilda Cicchetti, y en nuestra Comisión Directiva entre otros están, Beatriz Tricerri, Marta Bourgeois, Juan Carlos Cicchetti, Juan Carlos Vázquez, Hugo Martín (director de Líneas Delta), descendientes todos ellos de las primeras familias en habitar estas tierras.

 

 

 

 

 

 

 

Historia

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