El año pasado, después de una introducción al mundo del títere, realizamos muy lindos muñecos. Hicimos las cabezas en carta pesta. Mientras algunas leían en voz alta el cuento al cual nos estábamos inspirando moldando el papel mojado, las más chicas del grupo cortaban en pedacitos el papel de diario necesario, y las más grandes preparaban un té con galletas o fruta y se quedaban en la cocina en escucha para gritar “lanchaaa” a la hora de viajar y dejar todo así como estaba, en las manos inhóspitas del río húmedo.

De los libros leídos pasamos a la identificación de cada aprendiz con el personaje construido y a la actuación del mismo en un teatrillo o en otros escenarios que se nos ocurrieron. Trabajamos sobre movimientos y gestos de cada uno.

Actuamos en las fiestas usando también títeres y teatrillos de cartón, y en la ciudad, con una improvisación cómica que nació espontáneamente después de una fuerte inundación en el Delta. Siempre jugamos dandole vida a los objetos alrededor nuestro, durante un almuerzo o en momentos de pausa a veces, haciendo hablar en italiano cualquier trozo de tela que estaba ahí en la mesa dormido.

Tenemos ganas de seguir con una obra, este año vamos a investigar sobre el arroyo y a tratar de llevar a la acción dramática personajes que nos parezcan típicos de nuestro mundo geográfico. Quien sabe al final que o quien saldrá desde esta transformación metafórica…

 

Para todos, todos los sábados a las 11.30hs

 

       

         Un pepino:

    le agrego unas alas.

  Obtengo una mariposa!